Finalizado
2025
Recorriendo Arica
Contexto
Arica, la "Ciudad de la Eterna Primavera" en el extremo norte de Chile, destaca por su clima desértico suave, playas atractivas como Chinchorro y el imponente Morro de Arica con su rica historia. Es un importante puerto y puerta de entrada al norte del país.
"Viajes por Chile". En esta nueva sección recopilo los registros de fotografía y video que capturo en mis distintos viajes a lo largo del país. En esta primera edición comenzamos por el norte, por la más nortina de las ciudades de Chile.
Ubicada en el extremo norte de Chile, Arica es una ciudad costera bañada por el Océano Pacífico y enmarcada por el desierto de Atacama. Conocida como la "ciudad de la eterna primavera" por su clima templado y soleado durante todo el año, Arica combina una geografía única con una identidad profundamente marcada por su historia fronteriza, su diversidad cultural y su rol estratégico en el país.
Uno de sus íconos más reconocibles es el Morro de Arica, una imponente formación rocosa que domina la ciudad y ofrece vistas panorámicas espectaculares. Esta colina no solo es un mirador natural, sino también un símbolo de la ciudad, recordando la decisiva batalla del 7 de junio de 1880 durante la Guerra del Pacífico. El Morro representa el espíritu resiliente de Arica, una ciudad que ha sido peruana, chilena y parte de disputas limítrofes, y que ha sabido forjar su identidad en el cruce de culturas e intereses geopolíticos.
Arica es también un centro urbano singular dentro del norte grande chileno: tiene un ritmo tranquilo, una planificación que combina trazas coloniales con modernismo costero, y una fuerte presencia militar e institucional debido a su importancia como ciudad fronteriza. Su gente vive con un profundo sentido de pertenencia, y se percibe en sus calles el orgullo de ser un punto de encuentro entre Chile, Perú y Bolivia. Además, su ubicación estratégica la ha convertido en un eje logístico y comercial clave, con un puerto activo y una red de carreteras que conecta con el altiplano y países vecinos. Lejos del bullicio de las grandes urbes del sur, Arica ofrece una vida urbana pausada pero significativa, donde la historia, el clima y la geografía moldean un carácter único: una ciudad que mira al océano sin dejar de ser parte del desierto; una ciudad que, sin importar el paso del tiempo, permanece bajo un sol constante, como si el verano nunca terminara.