Puente Cal y Canto, Santiago de Chile, 1860-63. Colorización digital de fotografías
Por Ars Focus
Finalizado
"Construido sobre el principal río de Santiago de Chile, el Mapocho, el puente de Cal y Canto, fue obra del corregidor Luis Manuel de Zañartu, fue una de las mayores obras arquitectónicas en la historia de esta ciudad, desde su inauguración en 1780 y hasta su demolición en 1888."
Necesitaba una fotografía, buscaba arduamente una imagen antigua, icónica y representativa del Chile de ayer, ese chile antiguo y agreste, aferrado a esta ruda tierra… y la encontré; una bella imagen, bien tomada, expuesta y enfocada, como pocas dada la antigüedad de la imagen y lo dificultoso que llegaran equipos de calidad aquí al fin del mundo durante esa época. Esta seria perfecta para trabajarla digitalmente, colorearla y devolverle mediante esos colores una vida que tuvo el sujeto y que el tiempo se llevó y que sería finalmente expuesta en Ars Focus™.
Primeramente, comencé indagando un poco sobre la imagen en sí y acerca de su contexto; Este puente nace como resultado de la expansión de la ciudad de Santiago de Chile, estamos hablando de fines del periodo colonial en Chile. Esta ciudad se emplazó estratégicamente junto a un río, el Mapocho, más específicamente en su ribera sur. Con la expansión de la ciudad y el aumento de habitantes, se comenzaron a utilizar los terrenos ubicados en la rivera norte de este rio, allí se estableció la zona agrícola de “La Chimba”, las actuales comunas de Independencia y Recoleta.
Fueron varios los intentos de conectar estas dos zonas de la urbe, que no solo quedaban separadas por el río en sus periodos calmos, sino que con las crecidas del rio esta división se profundizaba.
Finalmente, en junio de 1767, es el corregidor Luis Manuel de Zañartu quien logra iniciar, por orden del Gobernador Antonio de Guill y Gonzaga, la construcción de un verdadero y permanente puente. Siendo asesorado por el ingeniero José Antonio Birt, el corregidor Zañartu inicia los trabajos el 5 de junio de 1767, utilizando a los reos de la cárcel como verdaderas bestias para la realización del proyecto.
Con un costo de 200.000 pesos, no contando la mano de obra forzada e incluyendo un impuesto a la yerba mate, fue inaugurado el Puente de Cal y Canto, el 20 de junio de 1780.
Esta obra tenía una longitud, según datos de la época, de 242 varas, que es lo mismo que 202 metros de largo, 120 del ancho del río y los restantes de las rampas necesarias para alcanzar la altura de la calzada. Se elevaba más de 12 metros de altura sobre el lecho del río y contaba con un total de nueve arcos de 9,2 metros de altura.
Sobre su calzada, de 8,4 metros, podían circular carretas en ambos sentidos, con espacio para caballos y peatones.
Del nombre se puede decir que no tenía uno oficial, llamado en un comienzo informalmente “puente nuevo”, fue por el hecho de estar su estructura estaba hecha de cal y de rocas traídas del cercano cerro Blanco y pegada con miles de huevos, que le dieron el nombre con el que pasó a la historia.
De hecho, con el paso de los años, se transformó en un símbolo de la ciudad, llegando a instalarse tiendas sobre su estructura. En total, hubo hasta 5 boticas, 2 panaderías, bodegas de vinos, relojerías, sombrererías, talabarterías y hasta una imprenta, “La Estrella de Chile”.
De la gran estructura, a la cual el rio solo en los meses de invierno hacia honor, se le decía que era “Demasiado puente para el Mapocho”, de sus 9 arcos, 3 nunca fueron tocados por las aguas y se convirtieron en baños públicos.
Fue hasta 1888, cuando las obras de tajamares, ósea la canalización del río Mapocho deterioraron la estructura, produciéndose el derrumbe de un tramo. Finalmente, ante cientos de espectadores y muchos lamentos el puente debió ser dinamitado aquel mismo año, quedando solo en el imaginario Santiaguino.
Seria ya en el siguiente siglo, en 1985, cuando se construía la Línea 2 del Metro de Santiago, que se redescubrieron restos de la mítica estructura. En 1986, los restos del puente fueron declarados Patrimonio Histórico por su valor patrimonial, arquitectónico e histórico para la ciudad. Hoy, algunos de los restos se encuentran en la estación homónima y pueden ser observados por los transeúntes.
Si bien ambas imágenes no fueron trabajadas al mismo tiempo, el proceso fue el mismo: Se comenzó por hacerles una restauración superficial para quitar algunas imperfecciones, manchas y arañazos, para luego ampliarla con ayuda de inteligencia artificial y posteriormente pasar al coloreado; la búsqueda de tonos y pruebas hasta dar con un resultado óptimo, y aquí esta el resultado.
